Dirección de arte  /  Diseño gráfico

Mala Salud de ferro

Encargos como éste pueden ser un arma de doble filo. Si bien el reto de ejecutar los visuales que iban a encabezar todas las acciones realizadas para el Any Espriu 1993-2013 era motivador, la enorme responsabilidad que acarrea representar la complejidad vital del poeta catalán podría convertirse en un arduo trabajo con muchas posibilidades de quedarse a medias. ¿Cómo una sola gráfica iba a representar el pensamiento, el alegre nihilismo y toda su arrolladora voz? En Espriu, incluso las verdades más implacables parecen pura contradicción, por eso pensamos que lo mejor que representaba a Espriu era el propio Espriu. 

Basamos el visual en la impertérrita y maciza silueta en negro de su cabeza, que recortaba por contraste el lienzo claro y luminoso. Eso es, una solución de pesos en equilibrio donde el titular descansa en la parte más sólida y se alinea siempre con la peculiar mirada del ilustre poeta. La tipografía, que llevó como nombre  (como no podría ser de otra manera) Mala salut de ferro, fue creada ad hoc y de forma completa para todas las piezas que se iban a derivar de este proyecto.  

Las adaptaciones realizadas constaron, entre otras, de toda la papelería para la comunicación institucional así como también un cartel para el concierto homenaje a Espriu. Para este evento, enmarañamos la silueta con un desenfoque tipográfico donde, a pesar del caos y la densidad, la cabeza de Espriu sigue visible, como la inmortalidad de su legado.

Para este proyecto contamos como directora de arte a Queralt Antú